lunes, 20 de abril de 2009

Prohibido el placer sexual

El 98% de las mujeres de Somalia han sufrido algún tipo de mutilación genital. La mutilación genital femenina es una práctica muy extendida en 28 países de África. Sus consecuencias acompañarán a estas mujeres toda la vida y se plasman no sólo en cuestiones psicológicas, que no son pocas, también en dolor al orinar, incapacidad o dolor al mantener relaciones sexuales, hemorragia post-parto…

Existen tres tipos de mutilación genital:
. Clitoridectomía o ablación: Que consiste en la extirpación total o parcial del clítoris de la mujer.
. Excisión: Extirpación del clítoris y corte de los labios menores.
. Infibulación: Eliminación de todos los órganos genitales externos y unión, mediante puntos con hilos vegetales o alambres, de ambos lados de la vulva.


CREENCIAS Y RITOS

La mutilación genital femenina se practica en estos países a las niñas de entre 4 y 13 años. Esta práctica se justifica con la creencia del aumento de la fertilidad y la prevención de la muerte del bebé. Pero también circula la creencia, pre-islámica, de que el clítoris impide la facilidad de acceso a la vagina durante la penetración y que el bebé al nacer puede quedarse ciego si es tocado por el clítoris en el momento de nacer.

En la práctica se concibe como un ritual del paso a la pubertad y la capacidad de contraer matrimonio.

Otros defensores de la mutilación genital femenina defienden que, con la extirpación del clítoris, se reduce el deseo sexual de las mujeres y se evita que lleven una vida sexual “promiscua”.

Para los que luchan por los derechos y la integridad de las mujeres, la práctica de cualquier tipo de mutilación genital consigue aumentar la “docilidad” de las mujeres y por tanto la subyugación a su marido y a los hombres en general.

Sin contar por supuesto con el beneficio económico que las familias que realizan estas prácticas se llevan por la “operación”.

SITUACIÓN LEGISLATIVA

Pese a los movimientos y condenas de organismos supranacionales como la ONU, muchos países africanos ni tan siquiera contemplan la condena y prohibición de estas prácticas en sus fronteras. Y los que contemplan su prohibición, falla la condena y la puesta en práctica de estas leyes.

Por ejemplo, en países como Yibuti, que pertenece a la ONU, a la Unión Africana (UA) y a la Liga de Estados Árabes (LA), prohibió la mutilación genital femenina en 1994, cinco años después de la Declaración de los Derechos del niño. Pese a ello, entre el 90 y el 95% de las mujeres del país han sufrido esta práctica.

Otros casos son igual de escandalosos, como el de Sudán. Perteneciente también a la UA, a la LA y miembro de la ONU, prohibió la mutilación de las mujeres en 1946. Pese a ello, el 89% de las mujeres sudanesas han sufrido la mutilación de sus genitales.

La histórica subordinación de las mujeres en el continente africano ha llevado incluso a arrebatarles el placer sexual haciendo que el acto sexual o el simple orinar se convierta en un infierno para toda las vida.
Marta Díaz Anes

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