
Negros y albinos. Es la peor combinación posible para un africano.
Entre las supersticiones y el peligro del sol, un africano albino está condenado a abandonar su familia y su país o morir en su intento por permanecer en un continente donde ser negro de piel blanca es una aberración.
Hace unos días conocimos la historia de Moszy, un joven albino de 18 años que llegó a Tenerife a bordo de un cayuco. Procedente de la República de Benín, Moszy solicitó al Gobierno español asilo tras huir de su país por la persecución que generaba su condición genética.
Extremidades, piel, huesos, pelo e incluso la sangre y vísceras de albinos son tesoros codiciados por los brujos y chamanes africanos para fabricar pociones y realizar conjuros.
Da igual que estas PERSONAS estén vivas, tengan padres, madres, hermanos… para todo su entorno son solamente un objeto, y su única utilidad, servir para satisfacer sus supersticiones. Son comportamientos y actitudes contra la vida humana que vulneran directamente los Derechos Humanos.
Al tratarse de una afección hereditaria, en África nace un niño albino por cada 4.000 nacimientos. Su esperanza de vida sin protección y tratamientos adecuados se sitúa entre los 20 y los 30 años. Una vida condenada a la huida constante, al repudio familiar y al rechazo social. Todo ello agravado, además, por la intensidad del sol africano, altamente dañino para su piel y sus ojos.
La reacción de las autoridades y organismos internacionales es la de crear conciencia entre la población. Pero nos encontramos ante un colectivo altamente amenazado y cuyos derechos como seres humanos están siendo vulnerados constantemente sin que haya una intervención para impedirlo.
Es cierto que África tiene mucho de que preocuparse, y probablemente para muchos esto sea el menor de sus problemas, pero matar a una persona por el hecho de tener una anomalía genética es comparable al genocidio nazi. Como muchos otros problemas en África, los albinos están olvidados y desprotegidos. Su protección debería estar avalada por el Derecho Internacional y la Declaración de Derechos Humanos, pero la realidad es que muchos, como Moszy, no tienen más opción que huir o morir.
Lara Redondo y Andrea Morante
No hay comentarios:
Publicar un comentario