
En las últimas décadas, ejércitos y grupos rebeldes de Rwanda, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Angola, Burundi y Uganda, han secuestrado y arrancado a niños de sus familias, aldeas, escuelas y campos de refugiados durante violentas incursiones. Estos grupos regulares e irregulares enseñaban a estos menores a convertirse en soldados, empuñar armas y matar. Algunos fueron entrenados para ser espías o utilizaron como criados, cocineros o esclavos sexuales.
Desde enero de este año, unos 1.200 niños han sido liberados durante el proceso de la integración de diversos grupos armados y el ejército de la República Democrática de Congo.
Lara Redondo
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